La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2024-10-09 lo siguiente:
2 Co 4, 1-2. 5-7
Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10
Lc 5, 1-11
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 2, 1-2. 7-14
Hermanos: Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén en compañía de
Bernabé, llevando también a Tito.
Subí por una revelación.
Les expuse el Evangelio que predico a los gentiles, aunque en privado, a los más
representativos, por si acaso mis afanes de entonces o de antes eran vanos.
Al contrario, vieron que Dios me ha encargado de anunciar el Evangelio a los
gentiles, como a Pedro de anunciarlo a los judíos; el mismo que capacita a Pedro
para su misión entre los judíos, me capacita a mí para la mía entre los gentiles.
Reconociendo, pues, el don que he recibido, Santiago, Pedro y Juan, considerados
como columnas, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de solidaridad, de
acuerdo en que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos.
Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres, y esto lo he
tomado muy a pecho.
Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era
reprensible.
Antes de que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los
gentiles; pero cuando llegaron aquellos, se retrajo y se puso aparte, temiendo a
los partidarios de la circuncisión.
Los demás judíos lo imitaron en esta simulación, tanto que el mismo Bernabé se vio
arrastrado con ellos a la simulación.
Ahora que, cuando yo vi que su conducta no cuadraba con la verdad del Evangelio,
le dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives a lo gentil y no a lo
judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a las prácticas judías?
Salmo responsorial Sal 116, 1. 2
V/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
V/. Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos.
V/. Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
El les dijo:
Cuando oréis, decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada
día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también
nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la
tentación».