La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2024-10-12 lo siguiente:
Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como había mandado Moisés por orden del Señor. David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor. Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 26, 1. 3. 4. 5
R. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi
vida, ¿quién me hará temblar? R.
Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me
siento tranquilo. R.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi
vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R.
Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su
morada, me alzará sobre la roca. R.
Aleluya Sal 39, 3d. 4a
Afianzó mis pies sobre roca, me puso en la boca un cántico nuevo.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: -«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» Pero él repuso: -«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 3, 22-29
Hermanos: La Escritura presenta al mundo entero prisionero del pecado, para que
lo prometido se dé por la fe en Jesucristo a todo el que cree.
Antes de que llegara la fe, estábamos prisioneros, custodiados por la ley, esperando
que la fe se revelase.
Así, la ley fue nuestra niñera, hasta que llegara Cristo y Dios nos aceptara por la fe.
Una vez que la fe ha llegado, ya no estamos sometidos a la niñera, porque todos
sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo, os habéis revestido de
Cristo.
Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres,
porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.
Salmo responsorial Sal 104, 2-3. 4-5. 6-7.
V/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas; gloriaos de su
nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. R/.
V/. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca.
V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo, hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro
Dios, él gobierna toda la tierra. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío
levantó la voz diciendo: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te
criaron! Pero él repuso: Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la
cumplen!