La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2024-02-08 lo siguiente:
Tb 12, 6-13
Salmo Responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-30
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Sabemos también que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó. Palabra de Dios.
versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.» Palabra del Señor.
Lectura del primer libro de los Reyes 11, 4-13
Cuando el rey Salomón llegó a viejo, sus mujeres le desviaron su corazón tras otros
dioses; su corazón ya no perteneció por entero al Señor, como el corazón de su
padre David.
Salomón siguió a Astarté, diosa de los fenicios y a Maltón, ídolo de los amonitas.
Hizo lo que el Señor reprueba; no siguió plenamente al Señor, como su padre
David.
Entonces construyó una ermita a Camós, ídolo de Moab, en el monte que se alza
frente a Jerusalén, y a Maltón, ídolo de los amonitas.
Hizo otro tanto para sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y sacrificaban
en honor de sus dioses.
El Señor se encolerizó contra Salomón, porque había desviado su corazón del Señor
Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, y que precisamente le había
prohibido seguir a otros dioses; pero Salomón no cumplió esta orden.
Entonces el Señor le dijo: Por haberte portado así conmigo, siendo infiel al pacto y a
los mandatos que te di, te voy a arrancar el reino de las manos para dárselo a un
siervo tuyo.
No lo haré mientras vivas, en consideración a tu padre David; se lo arrancaré de la
mano a tu hijo.
Y ni siquiera le arrancaré todo el reino; dejaré a tu hijo una tribu, en consideración a
mi siervo David y a Jerusalén, mi ciudad elegida.
Salmo responsorial Sal 105, 3-4. 35-36. 37 y 40.
V/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
V/. Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo, visítame con tu salvación. R/.
V/. Emparentaron con los gentiles, imitaron sus costumbres; adoraron sus ídolos
y cayeron en sus lazos. R/.
V/. Inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas; la ira del Señor se encendió
contra su pueblo, y aborreció su heredad. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 7, 24-30
En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro.
Se alojó en una casa procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una
mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue
a buscarlo y se le echó a los pies.
La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su
hija.
El le dijo: Deja que coman primero los hijos.
No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.
Pero ella replicó: Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa,
comen las migajas que tiran los niños.
El le contestó: Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu
hija.
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama ; el demonio se había
marchado.