La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2018-08-21 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 2b-8
Hermanos: Tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones. Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente;por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas
las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has
afianzado tu fidelidad.» R.
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje
perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R.
Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado;para que mi mano
esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. Él me
invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» R.
Jn 21, 15-17
Lectura del Profeta Ezequiel 28, 1-10
En aquellos días, me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, di al príncipe de
Tiro: Esto dice el Señor: Se hinchó tu corazón y dijiste: «Soy Dios, entronizado en
solio de dioses en el corazón del mar» , tú que eres hombre y no dios;te creías
listo como los dioses;¡Si eres más sabio que Daniel !;ningún enigma se te resiste.
Con tu talento, con tu habilidad, te hiciste una fortuna;acumulaste oro y plata en
tus tesoros.
Con agudo talento de mercader, ibas acrecentando tu fortuna;y tu fortuna te llenó
de presunción.
Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso, traigo
contra ti bárbaros pueblos feroces;desenvainarán la espada : contra tu belleza y
tu sabiduría, profanando tu esplendor.
Te hundirán en la fosa, morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar.
Tú que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: «Soy Dios» , delante de tus asesinos,
en poder de los que te apuñalen ? Morirás con muerte de incircunciso, a manos
de bárbaros.
Yo lo he dicho, —oráculo del Señor—.
Salmo responsorial Dt 32, 26-27ab. 27cd-28a. 30. 35cd-36ab
V/. Yo doy la muerte y la vida.
R/. Yo doy la muerte y la vida.
V/. Yo pensaba: «Voy a dispersarlos y a borrar su memoria entre los hombres»
Pero no;que temo la jactancia del enemigo y la mala interpretación del
adversario. R/.
V/. Y dirían: «Nuestra mano ha vencido, no es el Señor quien lo ha hecho» Porque
son una nación que ha perdido el juicio. R/.
V/. ¿Cómo es que uno persigue a mil, y dos ponen en fuga a diez mil ? ¿No es
porque su Roca los ha vencido, porque el Señor los ha entregado? . R/.
V/. El día de su perdición se acerca y su suerte se apresura.
Porque el Señor defenderá a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Creedme: difícilmente entrará un rico
en el Reino de los Cielos.
Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico
entrar en el Reino de los Cielos.
Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús
se les quedó mirando y les dijo: Para los hombres es imposible;pero Dios lo
puede todo.
Entonces le dijo Pedro: Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
¿Qué nos va a tocar?
Jesús les dijo: Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del Hombre se siente
en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis
en doce tronos, para regir a las doce tribus de Israel.
El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o
tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros.