La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2018-08-22 lo siguiente:
Lectura del libro de Isaías 9, 1-3. 5-6
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo;se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz.» Para dilatar el principado, con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo realizará.
SALMO RESPONSORIAL Sal 112, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: 2)
R. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre.
O bien:
Aleluya Lc 1, 28
Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del
Señor, ahora y por siempre. R.
De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se
eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R.
Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los
príncipes, los príncipes de su pueblo. R.
Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo;bendita tú eres entre las
mujeres.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David;la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: -«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo .» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: -«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: -«¿Como será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: -«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra;por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: -«Aquí está la esclava del Señor;hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.
Lectura del Profeta Ezequiel 34, 1-11
En aquellos días, me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, profetiza contra los
pastores de Israel, profetiza diciéndoles: ¡Pastores! esto dice el Señor: ¡Ay de los
pastores de Israel que se apacientan a sí mismos ! ¿No son las ovejas lo que tienen
que apacentar los pastores ? Os coméis su enjundia, os vestís con su lana;matáis
las más gordas, y las ovejas no las apacentáis.
No fortalecéis a las débiles, ni curáis a las enfermas, ni vendáis a las heridas;no
recogéis las descarriadas, ni buscáis las perdidas, y maltratáis brutalmente a las
fuertes.
Al no tener pastor, se desperdigaron y fueron pasto de las fieras del campo.
Mis ovejas se desperdigaron y vagaron sin rumbo por montes y altos cerros;mis
ovejas se dispersaron por toda la tierra, sin que nadie las buscase siguiendo su
rastro.
Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor: ¡Lo juro por mi vida! —oráculo del
Señor—.
Mis ovejas fueron presa, mis ovejas fueron pasto de las fieras del campo, por falta
de pastor;pues los pastores no las cuidaban, los pastores se apacentaban a sí
mismos;por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor: Esto dice el Señor: Me
voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores
de mis ovejas.
para que dejen de apacentarse a sí mismos los pastores;libraré a mis ovejas de sus
fauces, para que no sean su manjar.
Así dice el Señor: Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas.
siguiendo su rastro.
Salmo responsorial Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
V/. El Señor es mi Pastor, nada me falta.
R/. El Señor es mi Pastor, nada me falta.
V/. El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar;me
conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/.
V/. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y
tu cayado me sosiegan. R/.
V/. Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos;me unges la cabeza con
perfume, y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y
habitaré en la casa del Señor por años sin término. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se
parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña.
Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les
dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido.
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí
el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado.
El les dijo: Id también vosotros a mi viña.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el
jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno.
Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo
una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del
día y el bochorno.
El replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia.
¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete.
Quiero darle a este último igual que a ti.
¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú
en vida porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros
los últimos.