La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2025-08-11 lo siguiente:
Flp 3, 8-14
Salmo Responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 11
Mt 19, 27-29
Lectura del libro del Deuteronomio 10, 12-22
Habló Moisés al pueblo y dijo: Ahora Israel ¿qué es lo que te exige el Señor tu Dios?
.
Que temas al Señor tu Dios, que sigas sus caminos y le ames, que sirvas al Señor tu
Dios con todo el corazón y con toda el alma, que guardes los preceptos del Señor
tu Dios y los mandatos que yo te mando hoy, para tu bien.
Cierto: del Señor son los cielos, hasta el último cielo, tierra y todo cuanto la habita,
con todo, sólo de vuestros padres se enamoró el Señor, los amó, y de su
descendencia os escogió a vosotros entre todos los pueblos, como sucede hoy.
Circuncidad vuestro corazón, no endurezcáis vuestra cerviz: que el Señor vuestro
Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, fuerte y terrible, no es
parcial ni acepta soborno, hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero,
dándole pan y vestido.
Amaréis al forastero, porque forasteros fuisteis en Egipto.
Temerás al Señor tu Dios, le servirás, te pegarás a él, en su nombre jurarás.
El será tu orgullo, él será tu Dios, pues él hizo a tu favor las terribles hazañas que
tus ojos han visto.
Setenta eran tus padres cuando bajaron a Egipto, y ahora el Señor tu Dios te ha
hecho numeroso como las estrellas del cielo.
Salmo responsorial Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20
V/. Glorifica al Señor, Jerusalén.
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los
cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
V/. Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina; él envía su mensaje
a la tierra, y su palabra corre veloz. R/.
V/. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna
nación obró así ni les dio a conocer sus mandatos. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 21-26
En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo
Jesús: Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo
matarán, pero resucitará al tercer día.
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se
acercaron a Pedro y le preguntaron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
Contestó: Sí.
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: ¿Qué te parece, Simón? Los
reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los
extraños? Contestó: A los extraños.
Jesús le dijo: Entonces, los hijos están exentos.
Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer
pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y
págales por mí y por ti.