La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2025-08-08 lo siguiente:
1 Co 2, 1-10a
Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10
Lc 9, 57-62
Lectura del libro del Deuteronomio 4, 32-40
Habló Moisés al pueblo y dijo: Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te
han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo
jamás desde un extremo al otro del cielo palabra tan grande como ésta? , ¿se oyó
cosa semejante? , ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del
Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido? , ¿algún Dios intentó
jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos,
prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores,
como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto? .
Te lo han hecho ver para que reconozcas que el Señor es Dios, y no hay otro fuera
de él.
Desde el cielo hizo resonar su voz para enseñarte, en la tierra te mostró aquel gran
fuego, y oíste sus palabras que salían del fuego.
Porque amó a tus padres y después eligió a su descendencia, él en persona te sacó
de Egipto con gran fuerza, para desposeer ante ti a pueblos más grandes y
fuertes que tú, para traerte y darte sus tierras en heredad; como ocurre hoy.
Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios allá
arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.
Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz,
tú y tus hijos, después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor tu Dios
te da para siempre.
Salmo responsorial Sal 76, 12-13. 14-15. 16 y 21.
V/. Recuerdo las proezas del Señor.
R/. Recuerdo las proezas del Señor.
V/. Recuerdo las proezas del Señor: sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito
todas tus obras y considero tus hazañas. R/.
V/. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios? .
Tu, oh Dios, haciendo maravillas mostraste tu poder a los pueblos.
V/. Con tu brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José.
Guiabas a tu pueblo como a un rebaño, por la mano de Moisés y de Aarón.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16, 24-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que quiera venirse conmigo, que se
niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si malogra su vida? ¿O qué
podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles,
con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto
llegar al Hijo del Hombre con majestad.