La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2025-10-09 lo siguiente:
2 Co 4, 1-2. 5-7
Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10
Lc 5, 1-11
Lectura del Profeta Malaquías 3, 13—4, 2a
Vuestros discursos son arrogantes contra mí ─oráculo del Señor─
Vosotros objetáis: ¿Cómo es que hablamos arrogantemente? Porque decís: No vale
la pena servir al Señor; ¿qué sacamos con guardar sus mandamientos? ¿para qué
andamos enlutados en presencia del Señor de los Ejércitos? Al contrario: nos
parecen dichosos los malvados; a los impíos les va bien, tientan a Dios, y quedan
impunes.
(Entonces los hombres religiosos hablaron entre sí: El Señor atendió y les escuchó.
Ante él se escribía un libro de memorias a favor de los hombres religiosos que
honran su nombre)
Me pertenecen ─dice el Señor de los Ejércitos─ como bien propio, el día que yo
preparo.
Me compadeceré de ellos, como un padre se compadece del hijo que le sirve.
Entonces veréis la diferencia entre justos e impíos, entre los que sirven a Dios y los
que no le sirven.
Porque mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán
la paja, y los quemaré el día que ha de venir dice el Señor de los Ejércitos, y no
quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud
en las alas.
Salmo responsorial Sal 1, 1-2a. 3. 4 y 6.
V/. Dichoso el hombre, que ha puesto su confianza en el Señor.
R/. Dichoso el hombre, que ha puesto su confianza en el Señor.
V/. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos; ni entra por la senda
de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino que su gozo es la
ley del Señor. R/.
V/. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, y no
se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
V/. No así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento, porque el Señor
protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 5-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si alguno de vosotros tiene un amigo y
viene a medianoche para decirle: «Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis
amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle».
Y, desde dentro, el otro le responde: «No me molestes; la puerta está cerrada; mis
niños y yo estamos acostados: no puedo levantarme para dártelos».
Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo
suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.
Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os
abrirá; porque quien pide, recibe, quien busca, halla, y al que llama, se le abre.
¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra ? ¿O si le
pide un pez, le dará una serpiente ? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?