La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2025-10-08 lo siguiente:
Lectura del Profeta Jonás 4, 1-11
Jonás sintió un disgusto enorme, y estaba irritado.
Oró al Señor en estos términos: ¿Señor, ¿no es esto lo que me temía yo en mi tierra?
Por eso me adelanté a huir a Tarsis, porque sé que «eres compasivo y
misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad, que te arrepientes de las
amenazas».
Ahora, Señor, quítame la vida; más vale morir que vivir.
Respondióle el Señor: ¿Y tienes tú derecho a irritarte? Jonás había salido de la
ciudad, y estaba sentado al Oriente.
Allí se había hecho una choza y se sentaba a la sombra, esperando el destino de la
ciudad.
Entonces hizo crecer el Señor un ricino, alzándose por encima de Jonás para darle
sombra y resguardarle del ardor del sol.
Jonás se alegró mucho de aquel ricino.
Pero el Señor envió un gusano, cuando el sol salía al día siguiente, el cual dañó al
ricino, que se secó.
Y cuando el sol apretaba, envió el Señor un viento solano bochornoso; el sol hería la
cabeza de Jonás, haciéndole desfallecer.
Deseó Jonás morir, y dijo: Más vale morir que vivir.
Respondió el Señor a Jonás: ¿Crees que tienes derecho a irritarte por el ricino?
Contestó él: Con razón siento un disgusto mortal.
Respondióle el Señor: Tú te lamentas por el ricino, que no cultivaste con tu trabajo,
y que brota una noche y perece la otra.
Y yo, ¿no voy a sentir la suerte de Nínive, la gran ciudad, que habitan más de ciento
veinte mil hombres, que no distinguen la derecha de la izquierda, y en la que hay
gran cantidad de ganado?
Salmo responsorial Sal 85, 3-4. 5-6. 9-10.
V/. Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.
R/. Tú, Señor, eres lento a la cólera y rico en piedad.
V/. Piedad de mí, Señor, que a ti estoy llamando todo el día: alegra el alma de tu
siervo, pues levanto mi alma hacia ti. R/.
V/. Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te
invocan.
Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. R/.
V/. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, bendecirán tu
nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas, tú eres el único Dios. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
El les dijo:
Cuando oréis, decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada
día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también
nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la
tentación».