La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2018-06-05 lo siguiente:
Hch 26, 19-23
Salmo Responsorial Sal 116, 1. 2
Jn 10, 11-16
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pedro 3, 12-15a. 17-18
Queridos hermanos: Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando
desaparecerán los cielos consumidos por el fuego y se derretirán los elementos.
Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una
tierra nueva, en que habite la justicia.
Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad
que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.
Considerad que la paciencia de nuestro Señor es nuestra salvación.
Así, pues, vosotros, queridos hermanos, estáis prevenidos;tened cuidado de que no
os arrastre el error de esos hombres sin principios y perdáis pie.
Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a
quien sea la gloria ahora y hasta el día eterno.
Amén.
Salmo responsorial Sal 89, 2. 3-4. 10. 14 y 16
V/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.
V/. Antes que naciesen los montes, o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde
siempre y por siempre tú eres Dios. R/.
V/. Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: Retornad, hijos de Adán.
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó, una vela nocturna. R/.
V/. Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte
son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan. R/.
V/. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y
júbilo;que tus siervos vean tu acción y sus hijos, tu gloria. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 13-17
En aquel tiempo, mandaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para
cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron: Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de
nadie;porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios
sinceramente.
¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos? Jesús, viendo su
hipocresía, les replicó: ¿Por qué intentáis cogerme ? Traedme un denario, que lo
vea.
Se lo trajeron.
Y él les preguntó: ¿De quién es esta cara y esta inscripción? Le contestaron: Del
César.
Les replicó: Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.
Se quedaron admirados.