La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2018-06-01 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18-25
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición;pero para los que están en vías de salvación -para nosotros- es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría;pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;pero para los llamados -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres;y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo
consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué
bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Mt 5, 13-19
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 4, 7-13
Queridos hermanos: El fin de todas las cosas está cercano.
Sed, pues, moderados y sobrios, para poder orar.
Ante todo, mantened en tensión el amor mutuo, porque el amor cubre la multitud
de los pecados.
Ofreceos mutuamente hospitalidad, sin protestar.
Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como
buenos administradores de la múltiple gracia de Dios.
El que toma la palabra, que hable Palabra de Dios.
El que se dedica al servicio, que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios.
Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la
gloria y el poder por los siglos de los siglos.
Amén.
Queridos hermanos: No os extrañéis de ese fuego abrasador que os pone a prueba,
como si os sucediera algo extraordinario.
Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se
manifieste su gloria, reboséis de gozo.
Salmo responsorial Sal 95, 10. 11-12. 13
V/. Llega el Señor a regir la tierra.
R/. Llega el Señor a regir la tierra.
Decid a los pueblos: El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá;él
gobierna a los pueblos rectamente. R/.
V/. Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena;vitoreen los
campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque. R/.
V/. Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con
justicia y los pueblos con fidelidad. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 11, 11-26
Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, en el
templo, lo estuvo observando todo, y, como era ya tarde, se marchó a Betania con
los Doce.
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre.
Vio de lejos una higuera con hojas, y se acercó para ver si encontraba algo;al llegar
no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.
Entonces le dijo: Nunca jamás coma nadie de ti.
Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo, se puso a echar a los que traficaban allí,
volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas.
Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.
Y los instruía diciendo: ¿No está escrito: Mi casa se llama Casa de Oración para
todos los pueblos? Vosotros en cambio la habéis convertido en cueva de
bandidos.
Se enteraron los sumos sacerdotes y los letrados, y como le tenían miedo, porque
todo el mundo estaba asombrado de su enseñanza, buscaban una manera de
acabar con él.
Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz.
Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha
secado.
Jesús contestó: Tened fe en Dios.
Os aseguro que si uno dice a este monte: «Quítate de ahí y tírate al mar» , no con
dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.
Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han
concedido, y la obtendréis.
Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también
vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas.