La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2021-07-05 lo siguiente:
2 Tm 1, 13-14;2, 1-3
Salmo Responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
Mc 10, 13-16
Lectura del libro del Génesis 28, 10-22
En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Harán.
Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar porque ya se había puesto
el sol.
Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de almohada y se echó a
dormir en aquel lugar.
Y tuvo un sueño: Una escalinata, apoyada en la tierra, con la cima tocaba el cielo.
Ángeles de Dios subían y bajaban por el1a.
El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: —Yo soy el Señor, el Dios de tu padre
Abrahán y el Dios de Isaac.
La tierra, sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia.
Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y
ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur;y todas las naciones del mundo
se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia.
Yo estoy contigo;yo te guardaré donde quiera que vayas, y te volveré a esta tierra y
no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido.
Cuando Jacob despertó dijo: —Realmente el Señor está en este lugar y yo no lo
sabía.
Y, sobrecogido, añadió: —Qué terrible es este lugar: no es sino la casa de Dios y la
puerta del cielo.
Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de almohada,
la levantó como estela y derramó aceite por encima.
Y llamó a aquel lugar «Casa de Dios»;antes la ciudad se llamaba Luz.
Jacob hizo un voto diciendo: —Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que
estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano
y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he
levantado como estela será una casa de Dios;y de todo lo que me des, te daré el
diezmo.
Salmo responsorial Sal 90, 1-2. 3-4. 14-15ab
V/. Dios mío, confío en ti.
R/. Dios mío, confío en ti.
V/. Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti» R/.
V/. El te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás. R/.
V/. Se puso junto a mí: lo libraré;
Lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé;
con él estaré en la tribulación.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló
ante él y le dijo: Mi hija acaba de morir.
Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.
Jesús lo siguió con sus discípulos.
Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó
por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto
se curaría.
Jesús se volvió, y al verla le dijo: ¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente,
dijo: ¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida. Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en
pie.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.