La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2021-06-30 lo siguiente:
Is 61, 9-11
Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucito y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿La aflicción?, ¿La angustia?, ¿La persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: «Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza.» Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Salmo Responsorial 1 S 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd
R. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. R.
Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello;nos habrían
llegado hasta el cuello las aguas espumantes. R.
La trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que
hizo el cielo y la tierra. R.
Aleluya Cf. Lc 2, 19
Dichosa es la Virgen María, que conservaba la palabra de Dios, meditándola en su
corazón.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron;pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas;todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: -«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.» Él les contestó: -«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Lectura del libro del Génesis 21, 5. 8-20
Abrahán tenía cien años, cuando le nació su hijo Isaac.
El chico creció y lo destetaron. Y Abrahán dio un gran banquete el día que
destetaron a Isaac.
Pero Sara vio que el hijo de Hagar, la egipcia, y de Abrahán jugaba con Isaac;y dijo
a Abrahán: —Expulsa a esa criada y a su hijo;porque el hijo de esa criada no va a
repartir la herencia con mi hijo Isaac.
Abrahán se llevó un disgusto, pues era hijo suyo. Pero Dios dijo a Abrahán: —No te
aflijas por el muchacho y la criada;haz todo lo que dice Sara, porque Isaac es
quien continúa tu descendencia.
También al hijo de la criada lo convertiré en un gran pueblo, pues es descendiente
tuyo.
Abrahán madrugó, tomó pan y un odre de agua, se lo cargó a hombros de Hagar y
la despidió con el muchacho.
Ella marchó y fue vagando por el desierto de Berseba.
Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas;se apartó
y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco.
Pues se decía: «no puedo ver morir a mi hijo». Y se sentó aparte. El niño rompió a
llorar;Dios oyó la voz del niño y el ángel de Dios llamó a Hagar desde el cielo, y
le dijo: — ¿Qué te pasa, Hagar? No temas;porque Dios ha oído la voz del chico,
allí donde está.
Levántate, toma al niño y agárrale fuerte de la mano, porque haré que sea un
pueblo grande.
Dios le abrió los ojos, y divisó un pozo de agua;fue allá, llenó el odre y dio de beber
al muchacho.
Dios estaba con el muchacho, que creció, habitó en el desierto y se hizo un experto
arquero.
Salmo responsorial Sal 33, 7-8. 10-11. 12-13t.
V/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
V/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias;el ángel
del Señor acampa en torno a sus fieles, y los protege. R/.
V/. Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen;los
ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada.
V/. Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor;¿hay alguien que
ame la vida y desee días de prosperidad? . R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 28-34
En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.
Desde el cementerio dos endemoniados salieron a su encuentro;eran tan furiosos
que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos: ¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios ? ¿Has venido a
atormentarnos antes de tiempo? Una gran piara de cerdos a distancia estaba
hozando.
Los demonios le rogaron: Si nos echas, mándanos a la piara.
Jesús les dijo: Id.
Salieron y se metieron en los cerdos.
Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua.
Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los
endemoniados.
Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se
marchara de su país.