La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2020-10-04 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 6, 14-18
Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta no es circuncisión o incircuncisión, sino una criatura nueva. La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma;también sobre el Israel de Dios. En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
Salmo responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 11 (R.: cf. 5a)
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El
Señor es el lote de mi heredad y mi copa;mi suerte está en tu mano. R.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría
perpetua a tu derecha. R.
Aleluya Cf. Mt 11, 25
Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del
reino a la gente sencilla.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: -«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Lectura del Profeta Isaías 5, 1-7
Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña.
Mi amigo tenía una viña en fértil collado.
La entrecavó, la descantó y plantó buenas cepas;
construyó en medio una atalaya y cavó un lagar.
Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones.
Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá,
por favor, sed jueces entre mí y mi viña.
¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho?
¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones?
Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña:
quitar su valla para que sirva de pasto,
derruir su tapia
para que la pisoteen. La dejaré arrasada:
no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos,
prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor de los Ejércitos
es la casa de Israel;son los hombres de Judá su plantel preferido.
Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos;
esperó justicia,
y ahí tenéis: lamentos.
Salmo responsorial Sal 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20
V/. La viña del Señor es la casa de Israel.
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
V/. Sacaste, Señor, una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes hasta el Gran Río.
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
V/. ¿Por qué has derribado su cerca, para que la saqueen los viandantes, la pisoteen los
jabalíes y se la coman las alimañas?
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
V/. Dios de los Ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa.
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
V/. No nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los Ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4, 6-9
Hermanos:
Nada os preocupe;sino que en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de
gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable;
todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:
—Escuchad otra parábola:
Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un
lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores para percibir los
frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno,
mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
Por último, les mandó a su hijo diciéndose: «Tendrán respeto a mi hijo.»
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: «Este es el heredero: venid, lo matamos y
nos quedamos con su herencia.»
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
Le contestaron:
—Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores
que le entreguen los frutos a sus tiempos.
Y Jesús les dice:
—¿No habéis leído nunca en la Escritura: «La piedra que desecharon los arquitectos es
ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el Reino de los Cielos y se dará a un
pueblo que produzca sus frutos.