La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2020-09-29 lo siguiente:
Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó;su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima;su trono, llamas de fuego;sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio;todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Sal 137, 1-2a. 2b-3. 4-5. 7c-8 (R.: 1c)
R. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa
supera a tu fama;cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.
R.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.
Aleluya Sal 102, 21
Bendecid al Señor, ejércitos suyos, servidores que cumplís sus deseos.
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: -«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Natanael le contesta: -«¿De qué me conoces?» Jesús le responde: -«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: -«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: -«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Lectura del libro de Job 3, 1-3. 11-17. 20-23
Job abrió la boca y maldijo su día, diciendo: ¡Muera el día en que nací, la noche que
dijo: «Se ha concebido un varón»! ¿Por qué al salir del vientre no morí, o perecí al
salir de las entrañas? ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me dieron de
mamar? Ahora dormiría tranquilo, descansaría en paz, lo mismo que los reyes de
la tierra que se alzan mausoleos;o como los nobles que amontonan oro y plata en
sus palacios.
Ahora sería un aborto enterrado, una criatura que no llegó a ver la luz.
Allí acaba el tumulto de los malvados, allí reposan los que están rendidos.
¿Por qué dio luz a un desgraciado y vida al que la pasa en amargura, al que ansía la
muerte que no llega y escarba buscándola, más que un tesoro, al que se alegraría
ante la tumba y gozaría al recibir sepultura, al hombre que no encuentra camino
porque Dios le cerró la salida?
Salmo responsorial Sal 87, 2-3. 4-5. 6. 7-8
V/. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
R/. Llegue, Señor, hasta ti mi súplica.
V/. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia;llegue
hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor. R/.
Porque mi alma está colmada de desdichas y mi vida está al borde del
Abismo;ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. R/.
V/. Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano.
V/. Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo.
Tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 9, 51-56
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión
de ir a Jerusalén.
Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento.
Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: Señor, ¿quieres que
mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos? El se volvió y les regañó, y
dijo: No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a
perder a los hombres, sino a salvarlos.
Y se marcharon a otra aldea.