La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2017-07-31 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 31 - 11, 1
Hermanos: Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 9a)
R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo
consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué
bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen;los ricos
empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. R.
Lc 14, 25-33
Lectura del libro del Éxodo 32, 15-24. 30-34
En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza
en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados;eran hechura de Dios y
la escritura era escritura de Dios grabada en las tablas.
Al oír Josué el griterío del pueblo dijo a Moisés: Se oyen gritos de guerra en el
campamento.
Contestó él: «No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que
oigo».
Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, enfurecido, tiró
las tablas y las rompió al pie del monte.
Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo
polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas.
Moisés dijo a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que nos acarreases tan
enorme pecado? Contestó Aarón: No se irrite mi señor.
Sabes que este pueblo es perverso.
Me dijeron: haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que
nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado.
Yo les dije: quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé;yo lo eché al fuego y
salió este becerro.
Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: Habéis cometido un pecado gravísimo;pero
ahora subiré al Señor a expiar vuestro pecado.
Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: Este pueblo ha cometido un pecado
gravísimo haciéndose dioses de oro.
Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro.
El Señor respondió: Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro.
Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije: mi ángel irá delante de ti;y cuando
llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado.
Salmo responsorial Sal 105, 19-20. 21-22. 23
V/. Dad gracias al Señor porque es bueno.
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno.
V/. En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición;cambiaron
su gloria por la imagen de un toro que come hierba. R/.
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, !
maravillas en el país de Cam, k portentos junto al mar Rojo. R/.
Dios hablaba ya de aniquilarlos si pero Moisés, su elegido, se puso en la
brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino de los Cielos
se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta;aunque es la más
pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas;se hace un
arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola: El Reino de los Cielos se parece a la levadura;una mujer la
amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada.
Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas;
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.