La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2017-08-03 lo siguiente:
Lectura del libro del Éxodo 40, 14-19. 32-36
En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado.
El día uno del mes primero del segundo año fue construido el santuario.
Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los tablones con sus trancas y
plantó las columnas;montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre
la tienda;como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Colocó el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió
con la placa.
Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de
la alianza;como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro y la gloria del Señor llenó el
santuario.
Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había posado
sobre ella y la gloria del Señor llenaba el santuario.
Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en
todas las etapas.
Pero cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase.
De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas
sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.
Salmo responsorial Sal 83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11.
V/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos!
R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos!
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R/.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina, un nido donde
colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los Ejércitos, rey mío y Dios mío. R/.
V/. Dichoso los que viven en tu casa alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza: caminan de baluarte en baluarte. R/.
V/. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la
casa de Dios a vivir con los malvados. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 47-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: El Reino de los Cielos se parece también a la
red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la
arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y a los malos los
tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de
los buenos y los echarán al horno encendido.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¿Entendéis bien todo esto ? Ellos le contestaron: Sí.
El les dijo: Ya veis, un letrado que entiende del Reino de los Cielos es como un
padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.
Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.