La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2019-08-25 lo siguiente:
1 Co 12, 31 - 13, 13 (más extensa)
Salmo Responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11
Mt 18, 1-5
Lectura del libro de Isaías 66, 18-21
Así dice el Señor:
«Yo vendré para reunir
a las naciones de toda lengua: vendrán para ver mi gloria,
les daré una señal, y de entre ellos
despacharé supervivientes a las naciones: a Tarsis, Etiopía, Libia,
Masac, Tubal y Grecia, a las costas lejanas
que nunca oyeron mi fama
ni vieron mi gloria;y anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todos los países,
como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros hermanos a caballo y en carros y en
literas, en mulos y dromedarios, hasta mi monte santo de Jerusalén —dice el
Señor—, como los israelitas, en vasijas puras, traen ofrendas al templo del Señor. De
entre ellos escogeré sacerdotes y levitas» —dice el Señor—.
Salmo responsorial Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. (O bien: Aleluya.)
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. R.
Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R.
Lectura de la carta a los Hebreos 12, 5-7. 11-13
Hermanos:
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
—«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión;
porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos.»
Aceptad la corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues, ¿qué padre no
corrige a sus hijos?
Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele;pero,
después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad
por una senda llana: así el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará.
Aleluya Jn 14, 6
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida —dice el Señor—;nadie va al Padre, sino
por mi.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas
enseñando.
Uno le preguntó:
—«Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús les dijo:
—«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán
entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os
quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
"Señor, ábrenos";
y él os replicará:
"No sé quiénes sois."
Entonces comenzaréis a decir.
"Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas."
Pero él os replicará:
"No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados."
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y
Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y
vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el
reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»