La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2019-08-21 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 2b-8
Hermanos: Tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones. Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente;por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas
las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has
afianzado tu fidelidad.» R.
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje
perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R.
Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado;para que mi mano
esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. Él me
invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» R.
Jn 21, 15-17
Lectura del libro de los Jueces 9, 6-15
En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para
proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén.
En cuanto se enteró Yotán fue y, en pie sobre.
la cumbre del monte Garizín, les dijo a voz en grito: ¡Oídme, vecinos de Siquén, así
Dios os escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: «¡Sé
nuestro rey! ».
Pero dijo el olivo: «¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres,
para ir a mecerme sobre los árboles? » Entonces dijeron a la higuera: «¡Ven a ser
nuestro rey! » Pero dijo la higuera: «¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir
a mecerme sobre los árboles? » Entonces dijeron a la vid: «¡Ven a ser nuestro rey!
» Pero dijo la vid: «¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para
ir a mecerme sobre los árboles? » Entonces dijeron todos a la zarza: «¡Ven a ser
nuestro rey! » Y les dijo la zarza: «Si de veras queréis ungirme rey vuestro, venid
a cobijaros bajo mi sombra;y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros
del Líbano»
Salmo responsorial Sal 20, 2-3. 4-5. 6-7. R7.
V/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza. y cuánto goza con tu victoria! Le has
concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios.
V/. Te adelantase a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona
de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. R/.
V/. Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y de majestad.
Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se
parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña.
Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les
dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido.
Ellos fueron.
Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.
Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí
el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado.
El les dijo: Id también vosotros a mi viña.
Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el
jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno.
Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también
recibieron un denario cada uno.
Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo
una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del
día y el bochorno.
El replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia.
¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete.
Quiero darle a este último igual que a ti.
¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú
en vida porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros
los últimos.