La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2025-10-19 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18-25
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación - para nosotros- es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hambres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Salmo responsorial Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. (O bien: Aleluya)
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. R.
Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R.
Mt 16, 24-27
Lectura del libro del Éxodo 17, 8-13
En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín.
Moisés dijo a Josué:
—«Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo
estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.»
Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur
subían a la cima del monte.
Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía
Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la
pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos,
uno a cada lado.
Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol.
Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada.
alabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 120, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: 2)
R El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene
del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R.
No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el
guardián de Israel. R.
El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la
luna de noche. R.
El Señor te guarda de todo mal, el guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y
salidas, ahora y por siempre. R.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14 - 4,2
Querido hermano:
Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo
aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la
sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación.
Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender,
para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente
equipado para toda obra buena.
Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su
venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende,
reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.
Aleluya Hb 4, 12
La palabra de Dios es viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre
sin desanimarse, les propuso esta parábola:
—«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
"Hazme justicia frente a mi adversario."
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
"Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está
fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»
Y el Señor añadió:
—«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos
que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin
tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»