La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2023-10-17 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17 - 4, 1
Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.
Salmo responsorail Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo
consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué
bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Aleluya St 1, 12
Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá la
corona de la vida.
Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 24-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.»
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 1, 16-25
Hermanos: Yo no me avergüenzo del Evangelio: es fuerza de salvación de Dios
para todo el que cree, primero para el judío, pero también para el griego.
Porque en él se revela la justicia salvadora de Dios para los que creen, en virtud de
su fe, como dice la Escritura: «El justo vivirá por su fe».
Desde el cielo Dios revela su reprobación de toda impiedad e injusticia de los
hombres que tienen la verdad prisionera de la injusticia.
Es decir, lo que puede conocerse de Dios lo tienen a la vista: Dios mismo se lo ha
puesto delante.
Desde la creación del mundo, sus perfecciones invisibles, su poder eterno y su
divinidad, son visibles para la mente que penetra en sus obras.
Realmente no tienen defensa, porque conociendo a Dios no le han dado la gloria y
las gracias que Dios se merecía.
Al contrario, su razonar acabó en vaciedades y su mente insensata se sumergió en
tinieblas.
Alardeando de sabios, resultaron unos necios que cambiaron la gloria del Dios
inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros, cuadrúpedos y reptiles.
Por esa razón los ha entregado Dios a la bajeza de sus deseos, con la consiguiente
degradación de sus propios cuerpos; por haber cambiado al Dios verdadero por
uno falso, adorando y dando culto a la criatura en vez de al Creador.
¡Bendito él por siempre! Amén.
Salmo responsorial Sal 18, 2-3. 4-5
V/. El cielo proclama la gloria de Dios.
R/. El cielo proclama la gloria de Dios.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus
manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R/.
V/. Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra
alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su
casa.
El entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el
Señor le dijo: Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras
por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios ! El que hizo lo de fuera, ¿no
hizo también lo de dentro ? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio
todo.