La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2018-10-17 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17 - 4, 1
Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición;su Dios, el vientre;su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.
Salmo responsorail Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo
consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué
bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Aleluya St 1, 12
Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá la
corona de la vida.
Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 24-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo;pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor;a quien me sirva, el Padre lo premiará.»
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 5, 18-25
Hermanos: Si os guía el espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.
Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría,
hechicería, enemistades, contiendas, celos, rencores, rivalidades, partidismo,
sectarismo, envidias, borracheras, orgías y cosas por el estilo.
Y os prevengo, como ya os previne, que los que así obran no heredarán el Reino de
Dios.
En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad,
bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí.
Contra esto no va la Ley.
Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus
deseos.
Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Salmo responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
V/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
R/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
V/. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos;ni entra por la senda
de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino que su gozo es la
ley del Señor, y medita su ley día y noche. R/.
V/. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, y no
se marchitan sus hojas;y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
V/. No así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento, porque el Señor
protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 42-46
En aquel tiempo, dijo el Señor: ¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la
hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el
derecho y el amor de Dios ! Esto habría que practicar sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y
las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que
la gente pisa sin saberlo!
Un jurista intervino y le dijo: Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.
Jesús replicó: ¡Ay de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas
insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!