La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2018-10-12 lo siguiente:
Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16;16, 1-2
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como había mandado Moisés por orden del Señor. David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor. Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 26, 1. 3. 4. 5
R. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi
vida, ¿quién me hará temblar? R.
Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla;si me declaran la guerra, me
siento tranquilo. R.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi
vida;gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R.
Él me protegerá en su tienda el día del peligro;me esconderá en lo escondido de su
morada, me alzará sobre la roca. R.
Aleluya Sal 39, 3d. 4a
Afianzó mis pies sobre roca, me puso en la boca un cántico nuevo.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: -«Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.» Pero él repuso: -«Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 3, 7-14
Hermanos: Entended de una vez que hijos de Abrahán son los hombres de fe.
Además, la Escritura, previendo que Dios aceptaría a los gentiles por la fe, le
adelantó a Abrahán la buena noticia: «Por ti serán benditas todas las naciones»
Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán el fiel.
En cambio, los que se apoyan en la observancia de la ley tienen encima una
maldición, porque dice la Escritura: «Maldito el que no cumple todo lo escrito en
el libro de la ley».
Que en base a la ley nadie consigue salvarse es evidente, porque lo que está dicho
es que «el que se justifica con la fe no es reo de muerte» , y la ley no arranca de la
fe, sino que «el que la cumple no será reo de muerte, gracias a sus obras».
Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros un maldito,
porque dice la Escritura: «Maldito todo el que cuelga de un árbol».
Esto sucedió para que por medio de Jesucristo la bendición de Abrahán alcanzase a
los gentiles, y por la fe recibiéramos el Espíritu prometido.
Salmo responsorial Sal 110, 1-2. 3-4. 5-6.
V/. El Señor recuerda siempre su alianza.
R/. El Señor recuerda siempre su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la
asamblea.
Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/.
V/. Esplendor y belleza son su obra, su generosidad dura por siempre;ha hecho
maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente. R/.
V/. El da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza.
Mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, dándoles la heredad de los gentiles.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud
dijeron:
Si echa los demonios, es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo.
El, leyendo sus pensamientos, les dijo:
Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa.
Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino ?
Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú;y si yo echo los
demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan?
Por eso ellos mismos serán vuestros jueces.
Pero si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios
ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están
seguros.
Pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y
reparte el botín.
El que no está conmigo, está contra mí;el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por el desierto,
buscando un sitio para descansar;pero como no lo encuentra, dice: Volveré a la
casa de donde salí.
Al volver se la encuentra barrida y arreglada.
Entonces va a coger otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.
Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio.