La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2022-07-09 lo siguiente:
Lectura del Profeta Isaías 6, 1-8
El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso:
la orla de su manto llenaba el templo.
Y vi serafnes en pie junto a él, cada uno con seis alas: con dos alas se cubrían el
rostro, con dos alas se cubrían el cuerpo, con dos alas se cernían.
Y se gritaban uno a otro, diciendo: ¡Santo, santo, santo, el Señor de los Ejércitos, la
tierra está llena de su gloria! Y temblaban las jambas de las puertas al clamor de
su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije: ¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en
medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de
los Ejércitos.
Y voló hacia mi uno de los serafines, con un ascua en la mano, que había cogido del
altar con unas tenazas;la aplicó a mi boca y me dijo: Mira: esto ha tocado tus
labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado.
Entonces escuché la voz del Señor, que decía: ¿A quién mandaré ? ¿Quién irá por
mí ? Contesté: Aquí estoy, mándame.
Salmo responsorial Sal 92, l ab. 1c-2. 5
V/. El Señor reina, vestido de majestad.
R/. El Señor reina, vestido de majestad.
V/. El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.
V/. Así está firme el orbe y no vaci1a.
Tu trono está firme desde siempre y tú eres eterno.
V/. Tus mandatos son fieles y seguros, la santidad es el adorno de tu casa, Señor,
por días sin término. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 24-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: Un discípulo no es más que su maestro,
ni un esclavo más que su amo;ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y
al esclavo como su amo.
Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados ! No les
tengáis miedo, porque nada hay cubierto, que no llegue a descubrirse;nada hay
escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo de noche, decidlo en pleno día, y lo que os digo al oído, pregonadlo
desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.
No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo.
¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo
cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre.
Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados.
Por eso, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.
Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte
ante mi Padre del cielo.
Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.