La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2022-07-13 lo siguiente:
Mi 6, 6-8
Salmo Responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-30
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Sabemos también que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó;a los que llamó, los justificó;a los que justificó, los glorificó. Palabra de Dios.
versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos;y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.» Palabra del Señor.
Lectura del Profeta Isaías 10, 5-7. 13-16
Así dice el Señor: ¡Ay Asur, vara de mi ira, bastón de mi furor! Contra una nación
impía lo envié, lo mandé contra el pueblo de mi cólera, para entrarlo a saco y
despojarlo, para hollarlo como barro de las calles.
Pero él no pensaba así, no eran éstos los planes de su corazón;su propósito era
aniquilar, exterminar naciones numerosas.
El decía: Con la fuerza de mi mano lo he hecho, con mi saber, porque soy
inteligente.
Cambié las fronteras de las naciones, saqueé sus tesoros y derribé como un héroe a
sus jefes.
Mi mano cogió, como un nido, las riquezas de los pueblos;como quien recoge
huevos abandonados, cogí toda su tierra;y no hubo quien batiese las alas, quien
abriese el pico para piar.
¿Se envanece el hacha contra quien la blande? ¿Se gloría la sierra contra quien la
maneja? Como si el bastón manejase a quien lo levanta, como si la vara alzase a
quien no es leño.
Por eso, el Señor de los Ejércitos meterá enfermedad en su gordura;y debajo del
hígado le encenderá una fiebre, como incendio de fuego.
Salmo responsorial Sal 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15
V/. El Señor no rechaza a su pueblo.
R/. El Señor no rechaza a su pueblo.
Trituran, Señor, a tu pueblo, oprimen a tu heredad;asesinan a viudas y
forasteros, degüellan a los huérfanos. R/.
V/. Y comentan: Dios no lo ve, el Dios de Jacob no se entera.
Enteraos, los más necios del pueblo, ignorantes, ¿cuándo discurriréis? . R/.
V/. El que plantó el oído, ¿no va a oír? El que formó el ojo, ¿no va a ver? El que
educa a los pueblos, ¿no va a castigar? El que instruye al hombre, ¿no va a saber?
Porque el Señor no rechaza a su pueblo, ni abandona su heredad: el justo
obtendrá su derecho, y un porvenir, los rectos de corazón. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado
a la gente sencil1a.
Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie
conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.