La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2023-08-08 lo siguiente:
1 Co 2, 1-10a
Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10
Lc 9, 57-62
Lectura del libro de los Números 12, 1-13
En aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita
que había tomado por esposa.
Dijeron: ¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a
nosotros? El Señor lo oyó.
Moisés era el hombre de más aguante del mundo.
El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María: Salid los tres hacia la tienda del
encuentro.
Y los tres salieron.
El Señor bajó en la columna de nube y se colocó a la entrada la tienda, y llamó a
Aarón y María.
Ellos se adelantaron y el Señor les habló: Escuchad mis palabras: Cuando hay entre
vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en
sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos.
A él le hablo cara a cara; en presencia y no por enigmas contempla la figura del
Señor.
¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés? La ira del Señor se
encendió contra ellos, y el Señor se marchó.
Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve.
Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida.
Entonces Aarón dijo a Moisés: Perdón, Señor.
No nos exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente.
No la dejes a María como un aborto que sale del vientre con la mitad de la carne
comida.
Moisés suplicó al Señor: Por favor, cúra1a.
Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 5-6. 12-13.
V/. Misericordia, Señor: hemos pecado.
R/. Misericordia, Señor: hemos pecado.
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
V/. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente. R/.
Oh Dios, crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu
firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 22-36
Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la
barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente.
Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar.
Llegada la noche, estaba allí solo.
Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el
viento era contrario.
De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua.
Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo,
pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida: ¡Animo, soy yo, no tengáis miedo! Pedro le contestó:
Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.
El le dijo: Ven.
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al
sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: Señor,
sálvame.
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has
dudado? En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él diciendo: Realmente eres Hijo de Dios.
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar,
apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron
donde él a todos los enfermos.
Le pedían tocar siquiera la orla de su manto ¡ y cuantos la tocaron quedaron
curados.