La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2025-07-04 lo siguiente:
1 Jn 3, 14-18
Salmo Responsorial Sal 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7b-8. 9
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-30
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Sabemos también que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó. Palabra de Dios.
versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.» Palabra del Señor.
Lectura del libro del Génesis 23, 1-4. 19; 24, 1-8. 62-67
Sara vivió ciento veintisiete años;
y murió en Quiriat Arba (hoy Hebrón) , en país cananeo.
Abrahán fue a hacer duelo y a llorar a su mujer.
Después dejó a su difunta y habló a los hititas: —Yo soy un forastero, residente
entre vosotros.
Dadme un sepulcro en propiedad, entre vosotros, para enterrar a mi difunta.
Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela,
frente a Mambré (hoy Hebrón) , en país cananeo.
Abrahán era viejo, de edad avanzada, el Señor le había bendecido en todo.
Abrahán dijo al criado más viejo de su casa, que administraba
todas las posesiones: —Pon tu mano bajo mi muslo, y júrame por el Señor Dios del
cielo y de la tierra, que cuando le busques mujer a mi hijo, no la escogerás entre
los cananeos, en cuya tierra habito, sino que irás a mi tierra nativa, y allí buscarás
mujer a mi hijo Isaac.
El criado contestó: —Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tengo que
llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?
Abrahán le replicó: —De ninguna manera lleves a mi hijo allá.
El Señor Dios del cielo, que me sacó de la casa paterna y del país nativo, que me
juró: «A tu descendencia daré esta tierra» , enviará su ángel delante de ti, y
traerás de allí mujer para mi hijo. Pero si la mujer no quiere venir contigo, quedas
libre del juramento. Sólo que a mi hijo no lo lleves allá.
Entretanto, Isaac había venido al desierto del pozo de Lajay Roí, pues habitaba en el
país del Negueb.
Después de mucho tiempo una tarde había salido Isaac de paseo por el campo; al
alzar la vista vio que venían unos camellos.
Rebeca, a su vez, alzó los ojos, y viendo a Isaac, se apeó del camello y dijo al criado:
— ¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?
El criado respondió: —Es mi señor.
Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
El criado contó a Isaac todo lo que había hecho.
Isaac introdujo a Rebeca en la tienda de su madre Sara, la tomó por mujer y la amó
tanto que se consoló de la muerte de su madre.
Salmo responsorial Sal 105, 1-2. 3-4a. 4b-5
V/. Dad gracias al Señor, porque es bueno
R/. Dad gracias al Señor, porque es bueno.
V/. Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza ? R/.
V/. Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R/.
V/. Visítame con tu salvación, para que vea la dicha de tus escogidos, y me alegre
con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 9, 9-13
En aquel tiempo, vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los
impuestos, y le dijo: Sígueme.
El se levantó y lo siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos
y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los
fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: ¿Cómo es que vuestro maestro
come con publicanos y pecadores ? Jesús lo oyó y dijo: No tienen necesidad de
médico los sanos, sino los enfermos.
Andad, aprended lo que significa «misericordia quiero y no sacrificios» : que no he
venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.