La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2021-09-30 lo siguiente:
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14-17
Querido hermano: Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura;ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud;así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena.
SALMO RESPONSORIAL Sal 118, 9. 10. 11. 12. 13. 14 (R.: 12b)
R. Enséñame, Señor, tus leyes.
¿Cómo podrá un joven andar honestamente? Cumpliendo tus palabras. R.
Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.
En mi corazón escondo tus consignas, así no pecaré contra ti. R.
Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes. R.
Mis labios van enumerando los mandamientos de tu boca. R.
Mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas. R.
Mt 13, 47-52
Lectura del libro de Nehemías 8, 1-4a. 5-6. 7b-12
En aquellos días, todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la plaza que
hay ante la puerta del agua.
Dijeron al escriba Esdras que trajera el libro de la ley de Moisés que el Señor había
prescrito a Israel.
Esdras trajo el libro a la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían
comprender.
Era el día primero del mes séptimo.
Leyó el libro en la plaza que hay ante la puerta del agua, desde el amanecer hasta el
mediodía, en presencia de hombres, mujeres y de los que podían comprender;y
todo el pueblo estaba atento al libro de la ley.
Esdras, el escriba, estaba de pie sobre un estrado de madera, que habían hecho para
el caso.
Esdras abrió el libro a vista del pueblo, pues los dominaba a todos, y cuando lo
abrió, el pueblo entero se puso en pie.
Esdras pronunció la bendición del Señor Dios grande, y el pueblo entero, alzando
las manos, respondió: «Amén, Amén»;se inclinó y se postró rostro a tierra ante
el Señor.
Mientras los levitas explicaban al pueblo la ley, el pueblo permanecía en sus
puestos.
Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de
forma que comprendieron la lectura.
Nehemías, el Gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que
enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: Hoy es un día consagrado a nuestro
Dios: No hagáis duelo ni lloréis (porque el pueblo entero lloraba al escuchar las
palabras de la ley).
Y añadieron: Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a
quien no tiene preparado, pues es un día consagrado a nuestro Dios.
No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.
Los levitas acallaban al pueblo diciendo: Silencio;no estéis tristes, que es un día
santo.
Por fin el pueblo se fue a comer y beber, a repartir alimentos y a organizar una gran
fiesta porque habían comprendido lo que les habían enseñado.
Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11
V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
V/. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;L el precepto del Señor es
fiel e instruye al ignorante. R/.
V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;la norma del Señor es
límpida y da luz a los ojos. R/.
V/. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;los mandamientos del
Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
V/. Más preciosos que el oro, más que el oro fino;más dulces que la miel de un
panal que desti1a. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó por delante, de
dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: La mies es abundante y los obreros pocos rogad, pues, al dueño de la
mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos.
No llevéis talega ni alforja, ni sandalias;y no os detengáis a saludar a nadie por el
camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa». Y si allí hay gente de
paz, descansará sobre ellos vuestra paz;si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan: porque el obrero
merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo
que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «está cerca de vosotros el
Reino de Dios».
Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: «Hasta el
polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre
vosotros. De todos modos sabed que está cerca el Reino de Dios».
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.