La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2024-06-03 lo siguiente:
2 M 7, 1-2. 9-14
Salmo Responsorial Sal 123, 2-3. 4-5. 7b-8
Mt 5, 1-12a
Comienzo de la segunda carta del Apóstol San Pedro 1, 1-7
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios
y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como a nosotros.
Crezca vuestra gracia y paz por el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor.
Su divino poder nos ha concedido todo lo que conduce a la vida y a la piedad,
dándonos a conocer al que nos ha llamado con su propia gloria y potencia.
Con eso nos ha dado los bienes prometidos, con los cuales podéis escapar de la
corrupción que reina en el mundo por la ambición, y participar del mismo ser de
Dios.
En vista de eso, poned todo empeño en añadir a vuestra fe la honradez, a la
honradez el criterio, al criterio el dominio propio, al dominio propio la
constancia, a la constancia la piedad, a la piedad el cariño fraterno, al cariño
fraterno el amor.
Salmo responsorial Sal 90, 1-2. 14-15ab. 15c-16.
V/. Dios mío, confío en ti.
R/. Dios mío, confío en ti.
Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del
Omnipotente, di al Señor: Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti. R/.
Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me
invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación. R/.
Lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi
salvación. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los
letrados y a los senadores: Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca,
cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se
marchó de viaje.
A su tiempo envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la
viña.
Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías.
Les envió otro criado: a éste lo insultaron y lo descalabraron.
Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos, los apalearon o los mataron.
Le quedaba uno, su hijo querido.
Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían.
Pero los labradores se dijeron: Este es el heredero.
Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia.
Y agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Acabará con los labradores y arrendará la viña a
otros.
¿No habéis leído aquel texto: «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la
piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente» ?
Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos; pero temieron
a la gente, y se marcharon.