La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2017-09-29 lo siguiente:
Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó;su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima;su trono, llamas de fuego;sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio;todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Sal 137, 1-2a. 2b-3. 4-5. 7c-8 (R.: 1c)
R. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa
supera a tu fama;cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.
R.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.
Aleluya Sal 102, 21
Bendecid al Señor, ejércitos suyos, servidores que cumplís sus deseos.
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: -«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Natanael le contesta: -«¿De qué me conoces?» Jesús le responde: -«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: -«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: -«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Lectura del Profeta Ageo 2, 1b-10
El año segundo del reinado de Darío, el día veintiuno del séptimo mes vino la
palabra del Señor por medio del profeta Ageo: Di a Zorobabel Ben-Salatiel,
gobernador de Judea, y a Josué Ben–Josadak, Sumo Sacerdote, y al resto del
pueblo: ¿Quién entre vosotros vive todavía, de los que vieron este templo en su
esplendor primitivo? ¿Y qué veis vosotros ahora? ¿No es como si no existiese
ante vuestros ojos? ¡Animo! Zorobabel—oráculo del Señor—;¡Animo! Josué Ben–
Josadak, Sumo Sacerdote;¡Animo! pueblo entero, oráculo del Señor, a la obra:
que yo estoy con vosotros, oráculo del Señor de los Ejércitos.
La palabra pactada con vosotros, cuando salíais de Egipto, y mi espíritu habitan con
vosotros: no temáis.
Así dice el Señor de los Ejércitos: Todavía un poco más y agitaré cielo y tierra, mar y
continentes.
Pondré en movimiento los pueblos;vendrán las riquezas de todo el mundo, y
llenaré de gloria este Templo dice el Señor de los Ejércitos: Mía es la plata y mío
es el oro, dice el Señor de los Ejércitos.
La gloria de este segundo Templo será mayor que la del primero dice el Señor de
los Ejércitos ¡y en este sitio daré la paz—oráculo del Señor de los Ejércitos—
Salmo responsorial Sal 42, 1. 2. 3. 4
V/. Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío».
R/. Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío».
V/. Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa, contra gente sin piedad, sálvame
del hombre traidor y malvado. R/.
V/. Tú eres mi Dios y protector: ¿por qué me rechazas? ¿por qué voy andando
sombrío, hostigado por mi enemigo? . R/.
V/. Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte
santo, hasta tu morada. R/.
V/. Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría;que te dé gracias al
son de la cítara Dios, Dios mío. R/.
Lectura del santo Evangelio Según San Lucas 9, 18-22
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista,
otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo:
El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y añadió: El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los
ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.