La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2017-08-29 lo siguiente:
Lectura del libro de Jeremías 1, 17-19
En aquellos días, recibí esta palabra del Señor: «Cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira;yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del Señor.
Salmo responsorial Sal 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17 (R.: 15a)
R. Mi boca contará tu auxilio.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre;tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R.
Sé tu mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar
eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R.
Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde
mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Aleluya Mt 5, 10
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los
cielos.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 17-29
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio;no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: -«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: -«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: -«¿Qué le pido?» La madre le contestó: -«La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: -«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.» El rey se puso muy triste;pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven;la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-8
Sabéis muy bien, hermanos, que nuestra visita no fue inútil ni mucho menos;a
pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis,
tuvimos valor apoyados en nuestro Dios para predicaros el Evangelio de Dios en
medio de fuerte oposición.
Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños,
sino que Dios nos ha probado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos
no para contentar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestras intenciones.
Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada.
Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los
demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado
autoritariamente;por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre
cuida de sus hijos.
Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios,
sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Salmo responsorial Sal 138, 1-3. 4-6.
V/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
R/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
Señor, tú me sondeas y me conoces: me conoces cuando me siento y me
levanto, de lejos penetras mis
pensamientos, distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son
familiares. R/.
V/. No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa;es sublime, y no lo abarco. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos
hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis
lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que
habría que practicar, aunque sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras
por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego! , limpia
primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera.