La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2017-08-28 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-16
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados. Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
Salmo responsorial Sal 105, 19-20. 21-22. 23 (R.: 4a)
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición;cambiaron su
gloria por la imagen de un toro que come hierba. R.
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas
en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente
a él, para apartar su cólera del exterminio. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 3-13
Hermanos: Por la gracia de Dios que me ha sido dada os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene, sino estimaos moderadamente, según la medida de la fe que Dios otorgó a cada uno. Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros y no desempeñan todos los miembros la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros. Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los creyentes;si es el servicio, dedicándose a servir;el que enseña, aplicándose a enseñar;el que exhorta, a exhortar;el que se encarga de la distribución, hágalo con generosidad;el que preside, con empeño;el que reparte la limosna, con agrado. Que vuestra caridad no sea una farsa;aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados;en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades de los santos;practicad la hospitalidad. Palabra de Dios.
Aleluya Mt 23, 9b. 10b
Uno solo es vuestro Padre, el del cielo, y uno solo es vuestro consejero, Cristo.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Vosotros no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. »
Comienzo de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5. 8b-10
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre y en el
Señor Jesucristo.
A vosotros, gracia y paz.
Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en
nuestras oraciones.
Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de vuestra fe, el
esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro
Señor.
Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que cuando se
proclamó el Evangelio entre vosotros no hubo sólo palabras, sino además fuerza
del Espíritu Santo y convicción profunda.
Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro bien.
Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no
teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de
la visita que os hicimos: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para
servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús
desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os libra del
castigo futuro.
Salmo responsorial Sal 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b.
V/. El Señor ama a su pueblo.
R/. El Señor ama a su pueblo.
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los
fieles;que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. R/.
Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras;porque el
Señor ama a su pueblo, v adorna con la victoria a los humildes. R/.
V/. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas, con vítores a Dios
en la boca;es un honor para todos sus fieles. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 13-22
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos
hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos ! Ni entráis vosotros,
ni dejáis entrar a los que quieren.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que devoráis los bienes de las viudas
con pretexto de largas oraciones ! Vuestra sentencia será por eso más severa.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para
ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que
vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: «Jurar por el templo no obliga,
jurar por el oro del templo sí obliga» ! ¡Necios y ciegos ! ¿Qué es más, el oro o el
templo que consagra el oro ? O también: «Jurar por el altar no obliga, jurar por la
ofrenda que está en el altar sí obliga».
¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda ? Quien jura por
el altar, jura también por todo lo que está sobre él;quien jura por el templo, jura
también por el que habita en él;y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios
y también por el que está sentado en él.