La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2025-08-26 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 14-18
Queridos hermanos: Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
SALMO RESPONSORIAL Sal 150, 1. 2. 3. 4. 5 (R.: 1a)
R. Alabad al Señor en su templo. (O bien: Aleluya)
Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento. R.
Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza. R.
Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras. R.
Alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas. R.
Alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta
alabe al Señor. R.
Mt 25, 31-40
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 1-8
Sabéis muy bien, hermanos, que nuestra visita no fue inútil ni mucho menos; a
pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocéis,
tuvimos valor apoyados en nuestro Dios para predicaros el Evangelio de Dios en
medio de fuerte oposición.
Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños,
sino que Dios nos ha probado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos
no para contentar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestras intenciones.
Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada.
Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los
demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado
autoritariamente; por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre
cuida de sus hijos.
Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios,
sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Salmo responsorial Sal 138, 1-3. 4-6.
V/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
R/. Señor, tú me sondeas y me conoces.
Señor, tú me sondeas y me conoces: me conoces cuando me siento y me
levanto, de lejos penetras mis
pensamientos, distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son
familiares. R/.
V/. No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa; es sublime, y no lo abarco. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos
hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis
lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que
habría que practicar, aunque sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras
por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego! , limpia
primero la copa por dentro y así quedará limpia también por fuera.