La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2025-02-21 lo siguiente:
2 Tm 4, 1-5
Salmo Responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 11
Jn 15, 1-8
Lectura del libro del Génesis 11, 1-9
Toda la tierra hablaba una sola lengua con las mismas palabras.
A1 emigrar el hombre de Oriente, encontraron una llanura en el país de Sinaar y se
establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: —Vamos a preparar ladrillos y a
cocerlos (emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento).
Y dijeron: —Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para
hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres y se
dijo: —Son un solo pueblo con una sola lengua.
Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les
resultará imposible.
Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del
prójimo.
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.
Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y
desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.
Salmo responsorial Sal 32, 10-11. 12-13. 14-15
V/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los
pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en
edad. R/.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como
heredad.
El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres. R/.
V/. Desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra: él modeló cada
corazón, y comprende todas sus acciones. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 34-39
En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: El que quiera
venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y
por el Evangelio, la salvará.
Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? ¿O qué
podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en
esta época descreída y malvada, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él
cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles.
Y añadió: os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto
llegar el reino de Dios en toda su potencia.