La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2022-08-21 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 2b-8
Hermanos: Tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones. Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente;por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas
las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has
afianzado tu fidelidad.» R.
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje
perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R.
Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado;para que mi mano
esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. Él me
invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» R.
Jn 21, 15-17
Lectura del libro de Isaías 66, 18-21
Así dice el Señor:
«Yo vendré para reunir
a las naciones de toda lengua: vendrán para ver mi gloria,
les daré una señal, y de entre ellos
despacharé supervivientes a las naciones: a Tarsis, Etiopía, Libia,
Masac, Tubal y Grecia, a las costas lejanas
que nunca oyeron mi fama
ni vieron mi gloria;y anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todos los países,
como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros hermanos a caballo y en carros y en
literas, en mulos y dromedarios, hasta mi monte santo de Jerusalén —dice el
Señor—, como los israelitas, en vasijas puras, traen ofrendas al templo del Señor. De
entre ellos escogeré sacerdotes y levitas» —dice el Señor—.
Salmo responsorial Sal 116, 1. 2 (R.: Mc 16, 15)
R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. (O bien: Aleluya.)
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. R.
Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R.
Lectura de la carta a los Hebreos 12, 5-7. 11-13
Hermanos:
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
—«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión;
porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos.»
Aceptad la corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues, ¿qué padre no
corrige a sus hijos?
Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele;pero,
después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad
por una senda llana: así el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará.
Aleluya Jn 14, 6
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida —dice el Señor—;nadie va al Padre, sino
por mi.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas
enseñando.
Uno le preguntó:
—«Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús les dijo:
—«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán
entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os
quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
"Señor, ábrenos";
y él os replicará:
"No sé quiénes sois."
Entonces comenzaréis a decir.
"Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas."
Pero él os replicará:
"No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados."
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y
Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y
vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el
reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»