La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2022-08-24 lo siguiente:
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 9b-14
El ángel me habló así: -«Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero.» Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
Salmo responsorial Sal 144, 10-11. 12-13ab. 17-18 (R.: cf. 12)
R. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles;que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y la majestad de tu reinado. Tu
reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones;cerca
está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R.
Aleluya Jn 1, 49b
Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 45-51
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: -«Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.» Natanael le replicó: -«¿De Nazaret puede salir algo bueno?» Felipe le contestó: -«Ven y verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: -«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Natanael le contesta: -«¿De qué me conoces?» Jesús le responde: -«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: -«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: -«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3, 6-10. 16-18
Hermanos: En nombre del Señor Jesucristo os exhortamos: no tratéis con los
hermanos que llevan una vida desordenada y se apartan de la tradiciones que
recibieron de mí.
Ya sabéis cómo tenéis que imitar mi ejemplo: No viví entre vosotros sin trabajar,
nadie me dio de balde el pan que comí, sino que trabajé y me cansé día y noche, a
fin de no ser carga para nadie.
No es que no tuviera derecho para hacerlo, pero quise daros un ejemplo que imitar.
Cuando viví con vosotros os lo dije: El que no trabaja, que no coma.
Que el Señor de la paz os dé la paz siempre y en todo lugar.
El Señor esté con todos vosotros.
La despedida va de mi mano, Pablo;ésta es la contraseña en toda carta;ésta es mi
letra.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.
Amén.
Salmo responsorial Sal 127, 1-2. 4-5
V/. Dichosos los que temen al Señor.
R/. Dichosos los que temen al Señor.
V/. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás el fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.
V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los
días de tu vida. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 27-32
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos
hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados ! Por fuera tienen buena
apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre;lo mismo
vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y
crímenes.
¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas
y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: «si hubiéramos vivido en
tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de
los profetas» ! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que
asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros
padres!