La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2017-08-21 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 2b-8
Hermanos: Tuvimos valor -apoyados en nuestro Dios- para predicaros el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que Dios nos ha aprobado y nos ha confiado el Evangelio, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones. Como bien sabéis, nunca hemos tenido palabras de adulación ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberos hablado autoritariamente;por el contrario, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: cf. 2a)
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas
las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has
afianzado tu fidelidad.» R.
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje
perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. R.
Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado;para que mi mano
esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. Él me
invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» R.
Jn 21, 15-17
Lectura del libro de los Jueces 2, 11-19
En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba;dieron culto a los
ídolos, abandonaron al Señor Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto,
y se fueron tras otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron,
irritando al Señor.
Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y Astarté.
El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los
saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían
resistirles.
En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente
como él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada.
Entonces el Señor hacía surgir Jueces, que los libraban de las bandas de salteadores;
pero ni a los Jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses,
dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado
sus padres, obedientes al Señor.
No hacían como ellos.
Cuando el Señor hacía surgir Jueces, el Señor estaba con el Juez;y, mientras vivía el
Juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la
tiranía de sus opresores.
Pero en cuanto moría el Juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras
otros dioses, rindiéndoles adoración;no se apartaban de sus maldades ni de su
conducta obstinada.
Salmo responsorial Sal 105, 34-35. 36-37. 39-40. 43ab y 44
V/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
No exterminaron a los pueblos que el Señor les había mandado;
emparentaron con los gentiles imitaron sus costumbres. R/.
V/. Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos;inmolaron a los demonios sus
hijos y sus hijas. R/.
V/. Se mancharon con sus acciones, y se prostituyeron con sus maldades.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo y aborreció su heredad. R/.
V/. Cuántas veces los libró: mas ellos, obstinados en su actitud, perecían por sus
culpas.
Pero él miró su angustia y escuchó sus gritos. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer
de bueno, para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas
qué es bueno? Uno solo es Bueno.
Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
El le preguntó: ¿Cuáles ? Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no
robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu
prójimo como a ti mismo».
El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido.
¿Qué me falta? Jesús le contestó: Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes,
da el dinero a los pobres así tendrás un tesoro en el cielo y luego vente conmigo.
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.