La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2020-05-20 lo siguiente:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 8-12
En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: -«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre;pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos;por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular;ningún otro puede salvar;bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»
Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7. 8-9. 10 (R.: 8a y 9a)
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;él se inclinó y escuchó mi grito;me puso en la boca
un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído;no pides
sacrificio expiatorio. R'
Entonces yo digo: «Aquí estoy -como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;no he cerrado los labios;Señor,
tú lo sabes. R.
Lc 9, 57-62
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 17, 15. 22 -- 18, 1
En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron
con encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con Pablo cuanto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo:
—«Atenienses, veo que sois casi nimios en lo que toca a religión. Porque,
paseándome por ahí y fijándome en vuestros monumentos sagrados, me encontré
un altar con esta inscripción: "Al Dios desconocido."
Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. El Dios que hizo el mundo y
lo que contiene, él es Señor de cielo y tierra y no habita en templos construidos por
hombres, ni lo sirven manos humanas;como si necesitara de alguien, él que a todos
da la vida y el aliento, y todo. De un solo hombre sacó todo el género humano para
que habitara la tierra entera, determinando las épocas de su historia y las fronteras
de sus territorios.
Quería que lo buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban;aunque no
está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos;así
lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: "Somos estirpe suya."
Por tanto, si somos estirpe de Dios, no podemos pensar que la divinidad se parezca
a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de
un hombre. Dios pasa por alto aquellos tiempos de ignorancia, pero ahora manda a
todos los hombres en todas partes que se conviertan. Porque tiene señalado un día
en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre designado por él;y
ha dado a todos la prueba de esto, resucitándolo de entre los muertos.»
Al oír «resurrección de muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron:
—«De esto te oiremos hablar en otra ocasión.»
Pablo se marchó del grupo. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio
el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más. Después de esto, dejó
Atenas y se fue a Corinto.
Salmo responsorial Sal 148, 1-2. 11-12. 13. 14
R/. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria (o bien: Aleluya).
Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos. R/.
Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también las
doncellas, los viejos junto con los niños. R/.
Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y
la tierra. R/.
Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo
escogido. R/.
Aleluya Jn 14,16
Le pediré al Padre que os dé otro Defensor, que esté siempre con vosotros.
Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora;
cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo
que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo
anunciará.»