La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2024-04-20 lo siguiente:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9, 31-42
En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba
construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por
el Espíritu Santo.
Pedro recorría el país y bajó a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a
un cierto Eneas, un paralítico que desde hacía ocho anos no se levantaba de la
camilla.
Pedro le dijo:
—«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama.»
Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarón, y se
convirtieron al Señor.
Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia
infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La
lavaron y la pusieron en la sala de arriba.
Lida está cerca de Jafa. Al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron
dos hombres a rogarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro se fue con ellos. Al llegar a
Jafa, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron las viudas, mostrándole con
lágrimas los vestidos y mantos que hacia Gacela cuando vivía. Pedro mandó salir
fuera a todos. Se arrodilló, se puso a rezar y, dirigiéndose a la muerta, dijo:
—«Tabita, levántate.»
Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la cogió de la mano, la levantó
y, llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva.
Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.
Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 14-15. 16-17 (R/.: 12)
R/. ¿Cómo pagaré al Señor todo bien que me ha hecho?
O bien:
Aleluya.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la
salvación, invocando su nombre. R/.
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Mucho le cuesta al
Señor la muerte de sus fieles. R/.
Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te
ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. R/.
Aleluya cf. Jn 6, 63b. 68b
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 60-69
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
—«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
—«¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba
antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he
dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar.
Y dijo:
—«Por eso os he dicho que nadie puede venir a mi, si el Padre no se lo concede.»
Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con
él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
—«¿También vosotros queréis marcharos?»
Simón Pedro le contestó:
—«Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros
creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»