La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2024-04-18 lo siguiente:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 8, 26-40
En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe:
—«Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el
desierto.»
Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de
Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que habla ido en peregrinación a
Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
—«Acércate y pégate a la carroza.»
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta (salas, y le preguntó:
—«¿Entiendes lo que estás leyendo?»
Contestó:
—«¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me gula?»
Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba
leyendo era éste:
«Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no
abría la boca.
Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de los vivos.»
El eunuco le preguntó a Felipe:
—«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?»
Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de
Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
—«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?»
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando
salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a
verlo, y siguió su viaje lleno de alegría.
Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a
Cesarea.
Salmo responsorial Sal 65, 8-9. 16-17. 20 (R/.: 1)
R/. Aclamad al Señor, tierra entera (o bien: Aleluya).
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas, porque él nos ha
devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.
Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi
boca y lo ensalzó mi lengua. R/.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor. R/.
Aleluya Jn 6, 51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor—; el que coma de este
pan vivirá para siempre.
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—«Nadie puede venir a mi, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mi.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al
Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y
murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no
muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para
siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»