La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2019-10-17 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17 - 4, 1
Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición;su Dios, el vientre;su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.
Salmo responsorail Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo
consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué
bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Aleluya St 1, 12
Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá la
corona de la vida.
Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 24-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo;pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor;a quien me sirva, el Padre lo premiará.»
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 3, 21-30a
Hermanos: Ahora, la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas, se ha
manifestado independientemente de la Ley.
Por la fe en Jesucristo viene la justicia de Dios a todos los que creen, sin distinción
alguna.
Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien
constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre.
Así quería Dios demostrar que no fue injusto dejando impunes con su tolerancia los
pecados del pasado;se proponía mostrar en nuestros días su justicia salvadora,
justificándose a sí mismo y cancelando la culpa del que apela a la fe en Jesús.
Y ahora, ¿dónde queda el orgullo ? Queda eliminado.
¿En nombre de qué? ¿De las obras? No, en nombre de la fe.
Sostenemos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley.
¿Acaso es Dios sólo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Evidente que
también de los gentiles, si es verdad que no hay más que un Dios.
El absuelve a los circuncisos en virtud de la fe y a los no circuncisos también por la
fe.
Salmo responsorial Sal 129, 1-2. 3-4. 5.
V/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor: Señor, escucha mi voz;estén tus oídos
atentos a la voz de mi súplica. R/.
V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede
el perdón, y así infundes respeto. R/.
V/. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra;mi alma aguarda al Señor.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, dijo el Señor: ¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los
profetas, después que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que
hicieron vuestros padres, y lo aprobáis;porque ellos los mataron y vosotros les
edificáis sepulcros.
Por algo dijo la sabiduría de Dios: «Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos los
perseguirán y matarán»;y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre
de los profetas derramada desde la creación del mundo;desde la sangre de Abel
hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros, juristas, que
os habéis quedado con la llave del saber: vosotros que no habéis entrado y habéis
cerrado el paso a los que intentaban entrar! Al salir de allí, los letrados y fariseos
empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas,
para cogerlo con sus propias palabras.