La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2019-08-10 lo siguiente:
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 6-10
Hermanos: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará;el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso;porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: «Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta.» El que proporciona semilla para sembrar y pan para comer os proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra justicia.
SALMO RESPONSORIAL Sal 111, 1-2. 5-6. 7-8. 9 (R.: 5a)
R. Dichoso el que se apiada y presta.
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será
poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R.
Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo
jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. R.
No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está
seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. R.
Reparte limosna a los pobres;su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con
dignidad. R.
Aleluya Jn 8, 12bc
El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida -dice el
Señor-.
Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 24-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo;pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor;a quien me sirva, el Padre lo premiará.»
Lectura del libro del Deuteronomio 6, 4-13
Habló Moisés al pueblo y dijo: —Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente
uno.
Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las
fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria;se las repetirás a tus hijos y
hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado;las
atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal;las escribirás en
las jambas de tu casa y en tus portales.
Cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra que juró a tus padres -a Abrahán,
Isaac y Jacob- que te había de dar, con ciudades grandes y ricas que tú no has
construido, casas rebosantes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya
excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado,
comerás hasta hartarte.
Pero cuidado: No olvides al Señor que te sacó de Egipto, de la esclavitud.
Al Señor tu Dios temerás, a él sólo servirás, sólo en su nombre jurarás.
Salmo responsorial Sal 17, 28-3a. 3bc-4. 47 y 51ab
V/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
R/. Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi
libertador. R/.
V/. Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.
V/. Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador;tú diste
gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 14-19
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: Señor, ten
compasión de mi hijo que tiene epilepsia y le dan ataques: muchas veces se cae
en el fuego o en el agua.
Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo.
Jesús contestó: ¡Gente sin fe y perversa! ¿Hasta cuándo os tendré que soportar?
Traédmelo.
Jesús increpó al demonio, y salió;en aquel momento se curó el niño.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: ¿Y por qué no pudimos
echarlo nosotros? Les contestó: Por vuestra poca fe.
Os aseguro que, si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella
montaña que viniera aquí, y vendría.
Nada os sería imposible.