La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2019-08-05 lo siguiente:
Ap 21, 1-5a
Salmo Responsorial Jdt 13, 18bcde. 19
Lc 11, 27-28
Lectura del libro de los Números 11, 4b-15
En aquellos días, los israelitas dijeron: ¡Quién pudiera comer carne ! Cómo nos
acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y
melones y puerros y cebollas y ajos.
Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná.
(El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio;el pueblo se
dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban en el almirez, lo
cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite.
Por la noche caía el rocío en el campamento y encima de él el maná).
Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su
tienda, provocando la ira del Señor;y disgustado, dijo al Señor: ¿Por qué tratas
mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este
pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me
digas: Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la
tierra que prometí a sus padres ? ¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el
pueblo? Vienen a mí llorando: Danos de comer carne.
Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas.
Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir;concédeme este favor, y no
tendré que pasar tales penas.
Salmo responsorial Sal 80, 12-13. 14-15. 16-17
V/. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
R/. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
Mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer: los entregué a su
corazón obstinado, para que anduviesen según sus antojos. R/.
Ojalá me escuchase mi pueblo, y caminase Israel por mi camino: en un
momento humillaría a sus enemigos y volvería mi mano contra sus adversarios.
Los que aborrecen al Señor te adularían, y su muerte quedaría fijada;te
alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel silvestre. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 13-21
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de
allí en barca a un sitio tranquilo y apartado.
Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.
Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en despoblado y
es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de
comer.
Jesús les replicó: No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.
Ellos le replicaron: Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.
Les dijo: Traédmelos.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos
peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio
a los discípulos;los discípulos se los dieron a la gente.
Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras.
Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.