La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2020-06-01 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 18-25
Hermanos: El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición;pero para los que están en vías de salvación -para nosotros- es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría;pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;pero para los llamados -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres;y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 5b)
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;mi alma
se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo
consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué
bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.
Mt 5, 13-19
Comienzo de la segunda carta del Apóstol San Pedro 1, 1-7
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios
y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como a nosotros.
Crezca vuestra gracia y paz por el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor.
Su divino poder nos ha concedido todo lo que conduce a la vida y a la piedad,
dándonos a conocer al que nos ha llamado con su propia gloria y potencia.
Con eso nos ha dado los bienes prometidos, con los cuales podéis escapar de la
corrupción que reina en el mundo por la ambición, y participar del mismo ser de
Dios.
En vista de eso, poned todo empeño en añadir a vuestra fe la honradez, a la
honradez el criterio, al criterio el dominio propio, al dominio propio la
constancia, a la constancia la piedad, a la piedad el cariño fraterno, al cariño
fraterno el amor.
Salmo responsorial Sal 90, 1-2. 14-15ab. 15c-16.
V/. Dios mío, confío en ti.
R/. Dios mío, confío en ti.
Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del
Omnipotente, di al Señor: Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti. R/.
Se puso junto a mí: lo libraré;lo protegeré porque conoce mi nombre, me
invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación. R/.
Lo defenderé, lo glorificaré;lo saciaré de largos días, y le haré ver mi
salvación. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los
letrados y a los senadores: Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca,
cavó un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se
marchó de viaje.
A su tiempo envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la
viña.
Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos vacías.
Les envió otro criado: a éste lo insultaron y lo descalabraron.
Envió a otro y lo mataron;y a otros muchos, los apalearon o los mataron.
Le quedaba uno, su hijo querido.
Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo respetarían.
Pero los labradores se dijeron: Este es el heredero.
Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia.
Y agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Acabará con los labradores y arrendará la viña a
otros.
¿No habéis leído aquel texto: «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la
piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente» ?
Intentaron echarle mano, porque veían que la parábola iba por ellos;pero temieron
a la gente, y se marcharon.