La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2019-11-09 lo siguiente:
Lectura de la profecía de Ezequiel 47, 1-2. 8-9. 12
En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo. Del zaguán del templo manaba agua hacia levante -el templo miraba a levante-. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho. Me dijo: -«Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida;y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente. A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales;no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán;darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario;su fruto será comestible y sus hojas medicinales.»
Salmo responsorial Sal 45, 2-3. 5-6. 8-9 (R.: 5)
R. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su
morada.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro. Por eso
no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. R.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;Dios la socorre al despuntar la aurora. R.
El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Venid
a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra: pone fin a la guerra
hasta el extremo del orbe. R.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 9c-11. 16-17
Hermanos: Sois edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, coloqué el cimiento, otro levanta el edificio. Mire cada uno cómo construye. Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo. ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él;porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.
Aleluya 2 Cro 7, 16
Elijo y consagro este templo -dice el Señor- para que esté en él mi nombre
eternamente.
Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-22
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados;y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes;y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas;y a los que vendían palomas les dijo: -«Quitad esto de aquí;no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.» Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.» Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: -«¿Qué signos nos muestras para obrar así?» Jesús contestó: -«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.» Los judíos replicaron: -«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 16, 3-9. 16. 22-27
Hermanos: Saludos a Prisca y Aquila, colaboradores míos en la obra de Cristo Jesús;
por salvar mi vida expusieron su cabeza, y no soy yo solo quien les está
agradecido, también todas las Iglesias del mundo pagano.
Saludad a la Iglesia que se reúne en su casa.
Saludos a mi querido Epéneto, el primer convertido de Cristo en Asia.
Saludos a María, que ha trabajado mucho por vosotros.
Saludos a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de prisión, ilustres entre
los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo.
Saludos a Ampliato, mi amigo en el Señor.
Saludos a Urbano, colaborador mío en la obra de Cristo, y a mi querido Estaquis.
Saludaos unos a otros con el beso santo.
Todas las Iglesias de Cristo os saludan.
Yo, Tercio, que escribo la carta, os mando un saludo cristiano.
Os saluda Gayo, que me hospeda, y toda esta Iglesia.
Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y nuestro hermano Cuarto.
Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo
Jesús revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y
manifestado ahora en la Sagrada Escritura, dado a conocer por decreto del Dios
eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios, único
Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
Salmo responsorial Sal 144, 2-3. 4-5. 10-11
V/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.
R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.
V/. Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, y merece toda alabanza, es incalculable su grandeza.
V/. Una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas;alaban
ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas. R/.
V/. Que todas las criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles;que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 16, 9-15
En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: Ganaos amigos con el dinero injusto,
para que cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar;el que no es
honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no
fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro quién os lo dará? Ningún siervo puede
servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se
dedicará al primero y no hará caso del segundo.
No podéis servir a Dios y al dinero.
Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo: Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os
conoce por dentro.
La arrogancia con los hombres, Dios la detesta.