La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2023-06-09 lo siguiente:
Col 3, 12-17
Salmo Responsorial Sal 36, 3-4. 5-6. 30-31
Lc 6, 43-45
Lectura del libro de Tobías 11, 5-17
Ana iba a sentarse todos los días en la cima de un otero, junto al camino, desde
donde dominaba el paisaje. Un buen día, mientras estaba allí, mirando a ver si
venía su hijo, lo divisó a lo lejos y lo reconoció al instante. Echó a correr y le dijo a
su marido: —oye, tu hijo está llegando.
Rafael le había dicho a Tobías: —Nada más entrar en tu casa, adoras al Señor tu
Dios y le das gracias; te acercas a tu padre y le besas; luego le frotas los ojos con
la hiel de ese pez que llevas contigo. Ten la seguridad de que enseguida se le
abrirán los ojos a tu padre y podrá ver la luz del cielo y al verte se pondrá muy
contento.
Entonces el perro que llevaban durante el viaje salió corriendo delante de ellos y,
como si fuera un mensajero llegado a su destino, exteriorizaba su alegría
haciendo carantoñas con el rabo.
El padre de Tobías, ciego como era, se levantó y echó a correr a trompicones.
De la mano de un criado salió al encuentro de su hijo. El y su mujer le recibieron
con besos y rompieron a llorar de alegría. Luego adoraron a Dios, le dieron
gracias y se sentaron
Tobías frotó los ojos de su padre con la hiel del pez.
Aguardó cosa de media hora y empezó a salir de sus ojos una telilla blanca, como la
cáscara de un huevo. Tobías la cogió y se la extrajo de los ojos, y así recobró la
vista.
Entonces él, su mujer y todos los vecinos glorificaron a Dios. Tobías, dijo: —Te
bendigo, Señor, Dios de Israel, que si antes me castigaste, ahora me has salvado y
puedo ver a mi hijo Tobías.
Salmo responsorial Sal 145, 1-2. 6b-7. 8-9a. 9bc-10
V/. Alaba, alma mía, al Señor.
R/. Alaba, alma mía, al Señor.
V/. Alaba, alma mía, al Señor: alabaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios
mientras exista. R/.
V/. Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R/.
V/. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.
V/. Sustenta al huérfano y a la viuda, y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 35-37
En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: ¿Cómo dicen los
letrados que el Mesías es hijo de David? El mismo David, movido por el Espíritu
Santo, dice: «Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha, y haré de tus
enemigos estrado de tus pies».
Si el mismo David lo llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo? La gente, que era
mucha, disfrutaba escuchándolo.