La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2021-02-08 lo siguiente:
Tb 12, 6-13
Salmo Responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-30
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Sabemos también que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó;a los que llamó, los justificó;a los que justificó, los glorificó. Palabra de Dios.
versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos;y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.» Palabra del Señor.
Comienzo del libro del Génesis 1, 1-19
Al principio creó Dios el cielo y la tierra.
La tierra era un caos informe;sobre la faz del Abismo, la tinieb1a.
Y el Aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Que exista la luz.
Y la luz existió.
Y vio Dios que la luz era buena.
Y separó Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «Día»;
a la tiniebla, «Noche».
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero—
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.
E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de
encima de la bóveda.
Y así fue.
Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo—
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio,
y que aparezcan los continentes.
Y así fue.
Y llamó Dios a los continentes «Tierra»
y a la masa de las aguas la llamó «Mar».
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde,
que engendre semilla
y árboles frutales
que den fruto según su especie,
y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde
que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto
y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero—
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo,
para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra.
Y así fue.
E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día,
la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas.
Y las puso Dios en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra;
para regir el día y la noche,
para separar la luz de la tinieb1a.
Y vio Dios que era bueno.
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto—
Salmo responsorial Sal 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 24 y 35c
V/. El Señor goce con sus obras.
R/. El Señor goce con sus obras.
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres !
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
V/. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás;la cubriste con el
manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. R/.
V/. De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes;junto a
ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto. R/.
V/. Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas.
Bendice, alma mía, al Señor. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 6, 53-56
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, tocaron
tierra en Genesaret, y atracaron.
Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la
comarca;cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos
en camillas.
En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza,
y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto;y los que lo
tocaban se ponían sanos.