La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2024-03-06 lo siguiente:
Lectura del libro del Deuteronomio 4, 1. 5-9
Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos
que yo os mando cumplir.
Así viviréis y entraréis a tomar posesión
de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres,
os va a dar.
Mirad, yo os enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios,
para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella.
Ponedlos por obra,
que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia
a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán:
"Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente."
Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca
como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos?
Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta
ley que hoy os doy?
Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar
los sucesos que vieron tus ojos, que no se aparten de tu memoria mientras vivas;
cuéntaselos a tus hijos y nietos.»
Salmo responsorial Sal 147,12-13.15-16. 19-20 (R/.: 12a)
R. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de
tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz; manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R/.
Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación
obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. R/.
Versículo antes del evangelio Jn 6, 63b. 68b
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino
a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la
última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los
hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.»