La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2017-07-06 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 13c-15a. 17-20
Hermanos: El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor;y el Señor, para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
Salmo responsorial Sal 30, 3cd-4. 6 y 8ab. 16bc-17 (R.: 6a)
R. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi
baluarte;por tu nombre dirígeme y guíame. R.
A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. Te has fijado en mi aflicción. R.
Líbrame de los enemigos que me persiguen;haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia. R.
Jn 12, 24-26
Lectura del libro del Génesis 22, 1-19
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: — ¡Abrahán!
El respondió: —Aquí me tienes.
Dios le dijo: —Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moría y
ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac;
cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos.
Y Abrahán dijo a sus criados: —Quedaos aquí con el asno;yo con el muchacho iré
hasta allá para adorar y después volveremos con vosotros.
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el
fuego y el cuchillo.
Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre: —Padre.
El respondió: —Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo: —Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el
sacrificio ?
Abrahán contestó: —Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y
apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo;pero el ángel del Señor le
gritó desde el cielo: — ¡Abrahán, Abrahán !
El contestó: —Aquí me tienes.
El ángel le ordenó: —No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada.
Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza.
Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve» , por lo que se dice aún hoy «El monte del
Señor ve».
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo —
oráculo del Señor—: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu
hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del
cielo y como la arena de la playa.
Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas.
Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has
obedecido.
Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba, y
Abrahán se quedó a vivir en Berseba.
Salmo responsorial Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9
V/. Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida.
R/. Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida.
V/. Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante;
porque inclina su oído hacia mí, el día que lo invoco. R/.
V/. Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del Abismo, caí en
tristeza y angustia. Invoqué el nombre del Señor: «Señor, salva mi vida» R/.
V/. El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas me salvó.
V/. Arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 9, 1-8
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad.
Le presentaron un paralítico, acostado en una camil1a.
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: ¡Animo, hijo! , tus pecados están
perdonados.
Algunos de los letrados se dijeron: Este blasfema.
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: ¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil
decir: «tus pecados están perdonados» , o decir «levántate y anda» ? Pues para
que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados dijo dirigiéndose al paralítico: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu
casa.
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, queda a los hombres tal
potestad.