La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2024-11-03 lo siguiente:
Flp 4, 4-9
Salmo Responsorial Sal 130, 1. 2. 3
Mt 22, 34-40
Lectura del libro del Deuteronomio 6, 2-6
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo:
—«Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te
manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo,
Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en numero. Ya te dijo el
Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel."
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu
Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.
Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.»
Salmo responsorial Sal 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R/.: 2)
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mio, escudo mio, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R/.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste
gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos 7, 23-28
Hermanos: Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo Testamento, porque la
muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para
siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar
definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive
siempre para interceder en su favor.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha,
separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.
El no necesita ofrecer sacrificios cada día —como los sumos sacerdotes, que ofrecían
primero por los propios pecados, después por los del pueblo—, porque lo hizo
de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En
cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo,
perfecto para siempre.
Aleluya Jn 14, 23
El que me ama guardará mi palabra
—dice el Señor—,
y mi Padre lo amará, y vendremos a él.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
—«¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús:
—«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor:
amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente,
con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No
hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó:
—«Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no
hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y
con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los
holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
—«No estás lejos del reino de Dios.»
Y nadie se abrevió a hacerle más preguntas.